15 de noviembre de 2013

¿Qué estoy haciendo?

La pregunta es sencilla: ¿Qué estoy haciendo con mi vida?


19 años sí, pero ¿por qué estoy viviendo como no quiero vivir? Tendríais que ver mi vida... ¿qué es lo más emocionante que me pasa en un día normal? Pues la respuesta perfectamente podría ser: que alguien me envíe una vida de Candy Crush. Y es que esos son mis días, no hay más. Y cuando digo días, incluyo los fines de semana. 

No hay nada.

No existen los días de irte de compras con tus amigas, no existen los días de cine, de bolera, de caña y billar, los días de fiesta, los días de cumpleaños sorpresa, los días de cena entre amigos, los días de salir muchos a tomarte un botellín y quedarte hasta las tantas hablando de idioteces. No existen las noches de pijama con palomitas y chocolate, no existen los días de campo, los veranos en el parque de atracciones, los días de verano sin que alguien se queje de que no quiere estar aquí. 

Porque eso último es lo que más duele.

Que te recuerden que no hay nada, que esto es lo más aburrido, que no saben como lo aguantas, que se quieren ir, que prefieren el invierno al verano. Y todos sabemos lo que significa esa frase: cuando llega el invierno y se van, no echan de menos lo que han vivido contigo este verano. Porque volver al pueblo un fin de semana significaría un castigo si no fuese porque están aquí sus padres.

Y aquí estoy yo. 

Tampoco existen los días de "eres una más" porque en dos años y medio no sabes por qué pero no eres una más. Y no sabes qué hacer, ni que decir para encajar porque ya lo has hecho todo. Ni sabes por qué aunque llevas tanto tiempo saliendo cada fin de semana siguen considerándome la novia de- y echan en cara que siempre salgo.

¿Cuál es la solución? 

No quiero dar pena, no quiero contar nada porque de verdad sentiría que me consuelan un día como una imbécil pobrecita y al día siguiente vuelvo a no existir. Porque te enteras de sus vidas por otras personas, porque no confían en ti. 

¿Soy yo la culpable?

Quizás debería planteármelo así. Y sé que las lágrimas diarias no sirven para nada, que mi carrera es complicada y requiere sacrificios pero ¿de verdad son necesarios tantos? De verdad no puedo tener alegrías como el resto de gente de mi edad, tener algo que contar que no sea de mis estudios, tener una risa a carcajadas. 

¿Dónde está mi sonrisa?

Sinceramente creo que la perdí hace tiempo y sinceramente también, me gustaría recuperarla. Recuperar mis días, tener un grupo de amigos.

Quiero una vida feliz. Creo que es justo que lo pida.